Las olas de calor “se están haciendo más comunes a causa del cambio climático, y en el futuro olas de este tipo serán normales y veremos extremos aún más fuertes”, dijo Petteri Taalas, secretario general de la OMM, durante una rueda de prensa en esta ciudad suiza, en la que utilizó como argumento una analogía deportiva.
“Hemos dopado a la atmósfera inyectando más gases de efecto invernadero, sobre todo dióxido de carbono, por lo que el calentamiento y otras tendencias continuarán al menos hasta 2060, independientemente del éxito o no a la hora de mitigar el cambio climático”, aseveró.
Las olas de calor que en las últimas semanas han cruzado el continente europeo, desde Portugal hasta los Balcanes, llevaron un nuevo máximo de temperatura a Gran Bretaña, con registro provisional de 39,1 grados Celsius (102,4 Fahrenheit), seguido por una marca histórica de 40,2 grados en el aeropuerto londinense de Heatrow.
Muchos británicos afrontan la ola de calor quedándose en casa o refrescándose en fuentes y playas, el tráfico está menos cargado, los trenes circulan a baja velocidad por temor a que se doblen los rieles, se ha derretido asfalto de un aeropuerto, y un puente fue cubierto con papel aluminizado para evitar que se agrieten sus materiales.
El secretario de Transporte de Reino Unido, Grant Shapps, dijo que la infraestructura de transporte de su país, parte de la cual data de la época victoriana (siglo XIX), “simplemente no fue construida para soportar este tipo de temperatura, y pasarán muchos años antes de que podamos reemplazarla”.
En varias zonas de Europa, sobre todo en la península ibérica y Francia, se han registrado incendios forestales y un clima de afectación en la vida urbana, incluso con pérdida de centenares de vidas.
Taalas recordó que en 2003 una ola de calor dejó 75 000 muertos en Europa, y aunque ahora hay mejores medios de adaptación, se espera un aumento en las muertes entre las personas mayores y con condiciones previas.
Otras regiones del mundo también se han visto duramente golpeadas por olas de calor extremo, como gran parte de India y Pakistán, y al combinarse con lluvias por debajo del promedio han afectado la vida de cientos de millones de personas.
El 15 de mayo, al cabo de una ola de calor iniciada a finales de abril, el Departamento Meteorológico de India dijo que numerosas estaciones de observación informaron temperaturas de entre 45 y 50 grados centígrados.
El Departamento Meteorológico de Pakistán dijo que las temperaturas diurnas estaban entre cinco y ocho grados por encima de lo normal en grandes zonas del país y alcanzaron a veces 50 grados Celsius, afectando el suministro de agua, la agricultura y la salud humana y animal.
En sus regiones montañosas de Gilgit-Baltistán y Khyber Pakhtunkwa, el calor inusual aumentó el derretimiento de la nieve y el hielo, y provocó al menos una inundación repentina de un lago glacial.
La OMM dijo que el clima global del mes pasado produjo el tercer junio más cálido jamás registrado.
En Túnez, en el norte africano, la temperatura en la capital alcanzó un récord de 48 grados centígrados y en el interior se igualó la marca del año pasado, 50,3 grados.
En Irán se registraron temperaturas superiores a 46 grados centígrados, en China aumentó la demanda de electricidad para aire acondicionado, y en Tokio durante cinco días seguidos hubo récords de más de 35 grados.
En Estados Unidos también se registran olas de calor y la ciudad de Houston, en el sureño estado de Texas, reportó el junio más caluroso jamás experimentado.
La OMM ha expuesto que los eventos de calor extremo ocurren dentro de la variación natural debida a los cambios en los patrones climáticos globales. Pero el aumento en su frecuencia, duración e intensidad en las últimas décadas está claramente relacionado con el calentamiento global atribuible a la actividad humana.
Este artículo fue publicado originalmente por IPS Inter Press Service