Puerto Morelos, Quintana Roo, 10 de marzo de 2024.— “La prevención y capacitación son las mejores herramientas para evitar riesgos, sobre todo cuando se trata de la integridad de las y los niños”, señalaron autoridades municipales en el marco de la jornada de pláticas sobre “Educación sexual y prevención de abuso sexual”, efectuada en la primaria “David Alfaro Siqueiros” de esta cabecera municipal.
La plática estuvo dirigida a seis grupos de cuarto a sexto grado del plantel, un total de 356 alumnos y estuvo a cargo de las psicólogas Mayra Evangelista Chino y Carolina López Páez, pertenecientes al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Las profesionales explicaron a los estudiantes que durante la niñez y adolescencia se sientan las bases físicas, mentales y emocionales de cada persona. Además, en esa etapa se va conociendo el propio cuerpo, se adquieren hábitos y se aprenden habilidades matemáticas, de lenguaje y socialización.
Desafortunadamente, para muchas niñas, niños y adolescentes ese aprendizaje no siempre implica la construcción de relaciones positivas con las personas adultas responsables de sus cuidados, ya que en muchos casos se vuelven víctimas de violencias que pueden dejar huellas difíciles e, incluso, imposibles de borrar en sus vidas, como sucede con el abuso sexual.
Asimismo, resaltaron las acciones para prevenir la violencia sexual, entre éstas la comunicación familiar para generar un ambiente de confianza y que puedan pedir ayuda en caso de sentirse en peligro. Además, deben aprender a decir “no” y tener presente que hay zonas de su cuerpo que solo pueden tocar ellas y ellos, pero también que no se deben sentir obligados a tocar el cuerpo de otra persona.
Finalmente, advirtieron que en internet y redes sociales hay riesgos, como el sexting o grooming –acoso sexual de un adulto a un adolescente por medio de internet– con fines de trata de personas, ya que hay quienes crean falsas identidades para aprovecharse con malas intenciones. En caso de detectar a alguien así, acercarse a sus padres para denunciar a la persona que ha querido sorprenderlos y, de esa manera, protegerse.