Cozumel, Quintana Roo, 17 de abril de 2022.- En el marco del “Día de Apreciación de los Murciélagos”, que se conmemora el 17 de abril, la Fundación de Parques y Museos de Cozumel (FPMC) anunció que los trabajos de monitoreo de murciélagos, que ha realizado a lo largo de los últimos dos años, permitirán la creación de la primera biblioteca de sonidos de estos mamíferos alados.
Desde julio de 2020, el personal de la Dirección de Conservación y Educación Ambiental (CEA) lleva a cabo la grabación de los sonidos y ecolocalizaciones que emiten los murciégalos que atrapan durante las jornadas de monitoreo en diversas zonas, registrando hasta el momento 5 de las más de 19 especies que habitan en la isla.
Las especies que han sido grabadas y analizadas son Artibeus phaeotis, Artibeus jamaicensis, Glossophaga soricina, Pteronotus mesoamericanus y Rhogessa aeneus, y se trabaja para ampliar el catálogo auditivo para compartirlo e intercambiarlo, tanto con universidades como con organizaciones científicas nacionales e internacionales. De esta manera se avanza en el conocimiento de las características de las señales acústicas que emiten los quirópteros.
Entre las instituciones a las que se podría enviar el catálogo, se encuentran el Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO), de la Universidad Veracruzana (UV), que trabaja en la elaboración del proyecto “Compilación de fonoteca de referencia de los murciélagos insectívoros de México”, la Asociación Mexicana de Mastozoología A.C. y el proyecto “Sonozotz”, financiado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).
Estos audios son una herramienta que permite tener información acerca de las diferentes especies, cómo se diferencian entre sí, así como sus edades, condición física y sexo, explicó Noel Rivas Camo, coordinador de Proyectos de CEA y abundó en que para ello se emplea un micrófono que graba sonidos superiores a los 10 kHz, con la sensibilidad para percibir las ecolocalizaciones.
Agregó que para las grabaciones utilizan la técnica de “liberación manual”, para tener certeza de la identidad taxonómica de la especie y para registrar las señales de ecolocalización, que son similares a los que realizan cuando hacen un vuelo lento o se alimentan de presas estáticas.