En el caso concreto de Asia, una organización especializada informa de que el llamado Triángulo de Oro del continente es donde históricamente se cultivaba opio para producir heroína destinada a la exportación, y que en los últimos años se ha impuesto el comercio de “drogas sintéticas aún más mortíferas y rentables”.
En su informe de junio de 2023, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) asegura que la oferta de drogas sintéticas en Asia oriental y sudoriental se mantiene en “niveles extremos” y, además, se diversifica.
El informe, titulado «Drogas sintéticas en Asia oriental y sudoriental: últimos acontecimientos y retos 2023», confirma la expansión y diversificación de la producción y el tráfico de drogas sintéticas en la región, mientras que las rutas de tráfico han cambiado significativamente.
Tailandia, Laos y Myanmar están en primera línea del comercio ilícito en Asia, dominado por organizaciones transnacionales del crimen organizado.
Metanfetamina y ketamina
Se siguen produciendo y traficando grandes volúmenes de metanfetamina en y desde la región, al tiempo que ha aumentado la producción de ketamina, una sustancia anestésica, y otras drogas sintéticas.
“Los grupos del crimen organizado transnacional se anticipan, se adaptan y tratan de eludir lo que hacen los gobiernos, y en 2022 los vimos trabajar en torno a las fronteras tailandesas en el Triángulo de Oro más que en el pasado”, afirmó Jeremy Douglas, representante regional de la ONUDD para el Sudeste Asiático y el Pacífico.
Los “indeseados” a la vista
Los traficantes han seguido enviando grandes volúmenes a través de Laos y el norte de Tailandia, pero al mismo tiempo han impulsado un importante suministro atravesando el centro de Myanmar hacia el mar de Andamán, donde parece que pocos estaban mirando.
Douglas añadió que los grupos criminales de toda la región también empezaron a moverse y a reconectarse tras los prolongados cierres fronterizos de la pandemia, y que los patrones de finales de 2022 y principios de 2023 empiezan a parecerse a los de 2019.
Ocultos en “productos legales”
Por otra parte, las drogas sintéticas que contienen una mezcla de sustancias y a veces “envasadas junto a productos legales” siguen encontrándose en todo el este y el sudeste asiático, con graves consecuencias para la salud de quienes consumen los productos a sabiendas, o sin saberlo.
Además, el problema mundial de las drogas ilegales es una cuestión compleja que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Muchas personas que consumen drogas se enfrentan a la estigmatización y la discriminación, lo que puede perjudicar aún más su salud física y mental e impedirles acceder a la ayuda que necesitan, advirtió la ONU con motivo del Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el lunes 26 de junio.
Aumento “sin precedentes”
El aumento de la producción de drogas sintéticas en los últimos años ha sido «sin precedentes», según el representante regional de la ONUDD, también conocida como UNODC, su sigla en inglés.
No solo se trafica con drogas en la región: los precursores químicos para fabricar drogas sintéticas se transportan ilegalmente a Myanmar en cantidades mucho mayores que las drogas que salen del país, explica la ONUDD.
También tráfico de personas, fauna y flora silvestres, madera…
De hecho, un sinfín de problemas transfronterizos, como el tráfico de drogas ilícitas y precursores químicos, el contrabando de migrantes, la trata de personas, los delitos contra la vida silvestre y la silvicultura y, en algunos lugares, el movimiento de combatientes terroristas junto a asuntos relacionados con la salud pública y las pandemias.
El impacto de la legalización del consumo de cocaína
Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2022, la legalización del cannabis (marihuana) en algunas partes del mundo parece haber acelerado el consumo diario y las repercusiones sanitarias relacionadas con él.
También detalla aumentos sin precedentes en la fabricación de cocaína, la expansión de las drogas sintéticas a nuevos mercados y las continuas lagunas en la disponibilidad de tratamientos para la drogadicción, especialmente para las mujeres.
Según el informe, alrededor de 284 millones de personas de entre 15 y 64 años consumieron drogas en todo el mundo en 2020, lo que supone un aumento del 26% respecto a la década anterior.
“En África y América Latina, los menores de 35 años representan la mayoría de las personas que reciben tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de drogas”, precisa.
Ante estos resultados, Ghada Waly, directora ejecutiva de la ONUDD, declaró: “Las cifras de fabricación e incautación de muchas drogas ilícitas están alcanzando máximos históricos, incluso cuando las emergencias mundiales están agravando las vulnerabilidades”.
Al mismo tiempo, las percepciones erróneas sobre la magnitud del problema y los daños asociados están privando a las personas de atención y tratamiento e impulsando a los jóvenes hacia comportamientos nocivos, afirmó Waly.
Las principales tendencias por regiones
En muchos países de África y América del Sur y Central, la mayor proporción de personas que reciben tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de drogas lo hacen principalmente por aquellos relacionados con el consumo de cannabis. En Europa oriental y sudoriental y en Asia central, la mayoría de las personas que reciben tratamiento lo hacen por trastornos relacionados con el consumo de opiáceos.
En Estados Unidos y Canadá, las muertes por sobredosis, impulsadas predominantemente por una epidemia de consumo no medicinal del fentanilo, siguen batiendo récords. Las estimaciones preliminares en Estados Unidos apuntan a más de 107 000 muertes por sobredosis en 2021, frente a las casi 92 000 de 2020.
Zonas de conflicto, imanes para la producción de drogas sintéticas
El informe de este año también pone de relieve que las economías de drogas ilícitas pueden florecer en situaciones de conflicto y donde el Estado de derecho es débil, y a su vez pueden prolongar o alimentar el conflicto.
La información procedente de Medio Oriente y el Sudeste Asiático sugiere que las situaciones de conflicto pueden actuar como un imán para la fabricación de drogas sintéticas, que pueden producirse en cualquier lugar. Este efecto puede ser mayor cuando la zona de conflicto está cerca de grandes mercados de consumo.
Históricamente, las partes en conflicto han utilizado las drogas para financiar el conflicto y generar ingresos. El Informe Mundial sobre las Drogas 2022 también revela que los conflictos pueden igualmente interrumpir y desplazar las rutas del narcotráfico, como ha ocurrido en los Balcanes y, más recientemente, en Ucrania.
Posible capacidad creciente para fabricar anfetamina en Ucrania
Según el informe de la ONUDD, “se produjo un aumento significativo del número de laboratorios clandestinos denunciados en Ucrania, disparándose de 17 laboratorios desmantelados en 2019 a 79 en 2020”.
Además, “67 de estos laboratorios producían anfetaminas, frente a los cinco de 2019, el mayor número de laboratorios desmantelados notificados en un país determinado en 2020”, añade.
Brecha de género en los tratamientos
Las mujeres siguen siendo la minoría de los consumidores de drogas a nivel mundial, pero tienden a aumentar su tasa de consumo de drogas y a progresar hacia trastornos por consumo de drogas más rápidamente que los hombres.
Se estima que las mujeres representan actualmente entre 45 y 49 % de los consumidores de anfetaminas y de estimulantes farmacéuticos, así como de opiáceos farmacéuticos, sedantes y tranquilizantes.
La brecha en el tratamiento sigue siendo grande para las mujeres en todo el mundo. Aunque las mujeres representan casi uno de cada dos consumidores de anfetaminas, solo constituyen una de cada cinco personas en tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de anfetaminas.
El Informe Mundial sobre las Drogas también destaca la amplia gama de funciones que desempeñan las mujeres en la economía mundial de la cocaína, como el cultivo de la coca, el transporte de pequeñas cantidades de droga, la venta a los consumidores y el contrabando en las cárceles.
Este artículo fue publicado originalmente por IPS Inter Press Service