La reunión procura “acelerar una transición política en Haití mediante la creación de un colegio presidencial independiente de base amplia”, indicó en una declaración el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, al anunciar el viaje de su titular, Antony Blinken, para participar en la cita en esta capital de Jamaica.
Asimismo, se examinará el propuesto despliegue de una “Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad”, con una fuerza militar y policial multinacional que ayude a contener a las pandillas que dominan gran parte de Haití, y la cual estaría integrada en primer lugar por efectivos de Kenia y otros países africanos.
El despliegue de esa fuerza ha sido reclamado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, gobiernos americanos y europeos, y por el haitiano que ha dirigido el primer ministro Ariel Henry desde que en julio de 2021 fue asesinado el presidente Jovenel Moïse.
Henry está varado en Puerto Rico, imposibilitado de retornar a Haití tras una visita a Kenia, debido que bandas armadas haitianas mantienen balo asedio y con constantes tiroteos el aeropuerto de Puerto Príncipe, el palacio de gobierno y otros edificios públicos, y el puerto capitalino ha sido saqueado en medio de la ola de violencia.
Desde finales de febrero estallaron violentas protestas en reclamo de su renuncia, las cuales agravaron la situación de inseguridad, y una coalición de grupos irregulares, liderados por el ex policía de élite Jimmy Chérizier, mejor conocido por su apodo Babekyou, ha exigido, con las armas en la mano, la renuncia de Henry.
“Si el primer ministro no dimite, si la comunidad internacional lo sigue sosteniendo, vamos directo a una guerra civil, que conducirá a un genocidio”, dijo Babekyou al encarar a corresponsales de prensa en medio de las protestas.
Las dos principales prisiones fueron asaltadas y liberados unos 4000 presos, los aeropuertos están cerrados, se han quemado estaciones de policía, decenas de personas han muerto, al menos 15 000 han huido de sus hogares en los últimos 10 días, y los negocios y quioscos se han quedado sin productos en la capital.
El país lidia con una escasez de comida y agua. La entidad que opera el bombeo de agua a la capital informó que 90 % de sus estaciones están en manos de las pandillas y además no fluye el combustible necesario para su funcionamiento.
Agencias humanitarias de las Naciones Unidas entregaron, durante dos días de la semana pasada, unas 50 000 comidas y proporcionado 300 000 litros de agua a más de 20 000 personas desplazadas que han improvisado refugios en escuelas y otros lugares en los que tratan de escapar a la violencia.
En total, se estima que Haití, un país de 27 800 kilómetros cuadrados y 11,5 millones de habitantes, hay al menos 360 000 personas forzosamente desplazadas de sus hogares y cerca de cinco millones necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir. Unas 1200 personas han muerto asesinadas desde comienzos de este año.
Una declaración de la Caricom antes de iniciarse la reunión de este lunes había señalado que, en la búsqueda de alternativas, “si bien estamos logrando un progreso considerable, los países involucrados todavía no están donde deben estar”.
A la reunión, dirigida por el presidente de turno de la Caricom, el guyanés Irfaan Ali, asisten también enviados de los gobiernos de Canadá, México y la Unión Europea.
Publicado originalmente en IPS Noticias