Ayer, Mario Delgado, en una conferencia con la coordinadora nacional Claudia Sheinbaum, adelantó que lo buscará porque es su obligación como dirigente nacional. “Morena es su casa, tiene las puertas abiertas y tiene un equipo extraordinario. Ahora tenemos que sumar porque nos da más fuerza”, explicó al respecto.
Es la misma línea que bajó en Quintana Roo, donde la diputada federal Anahí González, coordinadora general de la red de apoyo en el estado, estuvo acompañada por dirigentes y representantes no sólo de su partido, Morena, sino del PT y del Verde; además de adherentes, simpatizantes, seguidores y ciudadanía en general. En la rueda de prensa en Cancún se vio gente que en el proceso alentó a otras “corcholatas”.
Ayer día 7 comenzó el proceso electoral federal y evidentemente se abre un momento propicio para demostrar unidad, organización y movilización, los tres ejes sobre los cuales trabajará la coalición de cara al 2024. Es decir, evitar rupturas y distanciamientos, para mostrar cohesión e inclusión, es parte de la estrategia ya en desarrollo.
El domingo, día de asamblea nacional, y el lunes próximo, serán fechas clave para el futuro de la llamada transformación, en manos de Sheinbaum que asume el nuevo liderazgo, ya no del fundador (el presidente de la república), quien entregó el bastón de mando. En la práctica, Claudia se apronta a dirigir al movimiento, en lo que significa otro estilo, otras formas y otros acuerdos.
DESORBITADO
Gerardo Fernández Noroña es uno de los ganadores de la contienda. Suele decir el del PT que obtuvo el tercer lugar (segundo si Ebrard se va) sin estructura ni dinero. Ayer gente del PT Quintana Roo hacía una interesante reflexión: Noroña le haría más daño al movimiento, que el excanciller, si alguna vez pensara en irse.
Improbable que deje al partido y al movimiento, es una manera de graficar quién es quién en el núcleo de la 4T. Y ahí están las encuestas.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. VIERNES 8 DE SEPTIEMBRE DE 2023, reproducida con autorización del autor).