Ya los habían sometido, a los panistas, en la alianza con quién fuera su adversario durante décadas, sin embargo, con total institucionalidad, por no decir abusar de sumisión, lo aceptaron y caminaron por el partido. Hoy les dan una estocada más, tal vez con mayor saña, luego de haberles prometido, en lo local, con su delegado Carlos Ávila Lizárraga, y en lo estatal con Reyna Tamayo Carballo, presidenta del partido, en qué se haría justicia por fin a lo que tanto pidieron los militantes, tener un candidato emanado o al menos arropado por ellos mismos. No sé cumplió.
Ahora se deja el espacio para que un político como Pedro Joaquín Delbuois, cumpla sus más grandes anhelos revanchistas en una contienda electoral más cercana a un problema personal que a una verdadera búsqueda por un Cozumel mejor.
Ya fue presidente municipal y no trascendió más allá de los pocos simpatizantes que siguen en un partido que ya no es ni la tercera fuerza política en Quintana Roo. En su cargo cómo regidor tampoco ha logrado tener una trayectoria de logros arriba de lo habitual, es decir, de levantar la mano, ir contra el sistema actual, y peor aún, criticar sin ofrecer desmenuzado el fundamento con el cual hace las observaciones.
En su carrera política tiene la oportunidad de lograr avanzar en una contienda para buscar el voto y llegar a la diputación federal, incluso se dice hay la oferta de tenerla más segura con una plurinominal, pero no. Todo indica, hasta el momento, sea el candidato por la alianza en busca de la presidencia de Cozumel. Una guerra personal que se acentuó en su reciente derrota ante la actual alcaldesa, pretendiendo se aplique la hasta ahora máxima de que nadie ha alcanzado la reelección.
Será entonces lo que los panistas deban analizar y poner sobre la balanza, si la traición a sus ideales partidistas es una constante, o simplemente no hay respeto ni de sus dirigentes, obvio que no lo hay de sus aliados, y mucho menos se les tome en cuenta más allá de ser usados para alcanzar una presidencia estatal como las que se presumió, como una gran ilusión de cambios, por parte de Reyna Tamayo Carballo.
Naranjas
Y por otro lado, Movimiento Ciudadano la volvió a hacer, ahora registrando a sus precandidatos a la presidencia municipal de Cozumel, quedando con la actual diputada local, Maritza Basurto Basurto, quien por cierto no llegó a ese cargo por el voto ciudadano, ni usted, ni yo, ni nadie más que los que dieron la instrucción, votó por ella.
Es más, ni siquiera caminó las calles, no se entrevistó con usted o algún otro ciudadano, llegó por la vía plurinominal y por el principio de minoría, es decir, que la actual legisladora local estaba en la lista de los plurinominales en el número 1, y ¿qué cree? Fácil, le tocó al hacerse el conteo y ver que el partido al cual representa, tenía pocos votos y para no dejarlos fuera la incluyeron.
No hay más, ni siquiera registro o constancia de estar ayudando a la isla, donde, es cierto, tiene una casa de gestión, siempre cerrada, o así está cada vez que paso por ahí en distinto horario, y si no sabe dónde es, es porque no funciona y en desconocimiento total pasa por la vida, como parece será en el mismo tenor en el proceso interno de su partido, al que ¿estará inscrita?
El otro precandidato es Roberto Marín.
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