¿GRILLA O GRILLOS EN INSTITUCIÓN PÚBLICA DE SALUD EN COZUMEL?
Al interior de una institución pública de salud en Cozumel se está gestando una situación delicada, que incluye quejas ante la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos, denuncias antes las Fiscalías, General del Estado y de la Federación por presunta agresión sexual, acoso, hostigamiento laboral, violencia de género, y hágame usted el favor, hasta por probable violencia física. La interrogante es ¿Por qué nadie hace algo al respecto?
Sí bien los conflictos entre compañeros en un centro laboral son comunes, por decir algo, no lo es tanto cuando quien es señalado se trata de la cabeza del círculo de trabajo o el jefe para entendernos mejor; aunque parece que actualmente en este instituto las cosas van de mal en peor, al menos por todo lo descrito en sendas denuncias, quejas y demás, (de lo cual obra copia a esta redacción). Pero el sentir general de un grupo es que se los traen entre ceja y ceja. ¿Será?
De acuerdo a los documentos oficiales, cuya identidad se reserva de momento, este directivo lo mismo arremete contra varones que contra mujeres, pero en el mismo tono agresivo y laboral-administrativo y/o de connotación sexual, e incluso reiteramos, llegando a la presunta agresión física y es que al parecer sino ceden o acceden a ciertas situaciones, el personal, sin importar el rango que va de enfermería a personal médico, son afectados con represalias diversas, administrativas principalmente.
Al tratarse de un asunto tan delicado, el temor es evidente pero también lo es el hartazgo y como dice el dicho que “el valiente lo es, hasta que el cobarde quiere”, aquí la cosa ya parece haber llegado al límite de la tolerancia, por lo menos de la parte afectada, porque parece que a nivel directivo local, estatal y regional, “no pasa nada”, o como dicen “traen vara alta”, quien sabe que amarre traerán pensando que estamos en la época en la que se hace lo que se quiere sin asumir las consecuencias. Equivocación total, hay al parecer pruebas de las acusaciones hacia el “jefe”.
Si se jala el hilo, podría o no, ser este un caso más de instituciones coludidas, corrupción de servidores públicos en diversos niveles, justo cuando se enarbola la bandera de la transparencia y la justicia a nivel nacional por la máxima autoridad del país, a la cual por cierto deben rendir más que cuentas, resultados claros y contundentes por que “no está el horno para bollos” como para que por una “calenturita” se desate todo un malestar mayor, que ojo, finalmente podría llegar en cadena de reacción, hasta el derechohabiente. ¡Oigame no!
¿Serán un grupo de trabajadores qué de diversos turnos, padecen esta situación? ¿Habrá más que refieren hacer mutis por así convenir a sus intereses? ¿O se trata de un conflicto más allá lo laboral? ¿Acaso, un par de trabajadores que se rebelan contra la disciplina del jefe y quieren echarle tierra, sin importar las consecuencias y el alcance de sus acusaciones? Pues será el sereno, pero lo que es real es que cuando el río suena… y aquí la intervención de los de más arriba debe ser justa y objetiva, no sentimental e irracional. ¿O no?
El tema seguirá siendo ventilado más allá de las instancias legales que parecen perderse en el tortuguismo, ese que se dice se busca erradicar, pero que en la práctica parece alejado de la realidad tanto como el esclarecimiento y por supuesto la acción y reacción administrativa y jurídica correspondiente. Nos leemos con más datos en una próxima entrega, hasta entonces.