En el patio del antiguo claustro se puso una especie de ofrenda para con copales, frutas y flores dedicado a esta luchadora social, que en 1984 ayudó a instalar la primera biblioteca municipal.
Esperanza Rascón llegó a Amecameca en 1978, y desde entonces se dedicó a la formación de redes comunitarias, con énfasis en la economía circular. Ayudó al fortalecimiento de intercambio de conocimientos entre comunidades rurales, herbolaria y medicina tradicional. También se ocupó de la recuperación histórica, y ella misma dio clases de música y de arte en la localidad.
Además, ayudó a crear el Instituto de la Mujer en el Estado de México.
“Conozco a Esperanza desde hace 50 años, por lo que puedo decir con pleno conocimiento de causa que es una de las personas más consecuentes y auténticas con las que me ha tocado tratar. Esperanza tienen un agudo sentido de pertenencia a la comunidad, sabe que no hay salidas individuales a los problemas sociales”, dijo una amiga llamada Gabriela.
Defensora de la memoria y de los pueblos
Desde joven Esperanza se inclinó por el arte dramático, mientras estudió la preparatoria en la Universidad de Chihuahua, de donde es originaria. Después estudió filosofía. En la universidad conoció a Alejandro, su compañero de vida, con quien tuvo 4 hijos.
Carlos Pallán, un amigo de Chihuahua, recordó cuando todas las mujeres se vistieron de blanco para asistir a la ceremonia de graduación, Esperanza acudió vestida de negro. Desde entonces era oveja negra, bromeó.
Amante de la ceremonia del té, pero en general de la cultura. Defensora de la memoria y de los pueblos indígenas. Tejedora de comunidad y articuladora de proyectos, Esperanza ayudó a revivir las danzas aztecas-chichimecas en Amecameca.
En la ceremonia que se llevó a cabo este sábado diversos artistas le dedicaron piezas musicales.
La Voladora
Una de las grandes obras lideradas por Esperanza es la creación de la estación de radio La Voladora: la primera radiodifusora comunitaria ubicada en el municipio de Amecameca, en el Estado de México. Desde hace más de 20 años.
La estación de radio fue fundamental en el año 2000 cuando el volcán Popocatépetl hizo erupción, mientras los medios nacionales creaban terror con desinformación, La Voladora entregó información que ayudó a la población a tomar precauciones. Desde entonces, Esperanza, ha colaborado en la radiodifusora.
La radio ayudó a recabar historias de la gentes y las comunidades en la región de los volcanes. Muchos de esos textos se han convertido en referencia y documentación para estudiar a las poblaciones que viven en las inmediaciones de los volcanes. Esperanza fue cronista municipal en el ayuntamiento de Amecameca.
Las bases zapatistas
Esperanza participó y ayudó a las bases zapatistas, desde el levantamiento indígena; colaboró en los Acuerdos de San Andrés, también se integró a la red de asesores del EZLN. Fue asesora cultural en varias administraciones locales.
Su amigo Alberto explicó que se conocieron a partir de las tareas de solidaridad con la insurrección indígena del EZLN: “a diferencia de muchos compañeros que tenía una compulsión por subirse al presidio y salir en la foto, Esperanza Rascón fue una compañera de una gran lucidez y sobre todo una compañera que estaba en las tareas menos visibles, pero de gran importancia para los compañeros”.
Ricardo, otro amigo entrañable, relató que en una ocasión Esperanza se enfrentó a militares diciendo “esto es nuestro territorio, esto lo vamos a defender pase lo que pase” la mujer animó a aquella comunidad a tomar lo que iba a ser arrebatado “se recobró la dignidad que habían querido pisotear los soldados”.
El homenaje fue transmitido en la página de Facebook de La Voladora Radio. Se puede ver en este link
Texto: José Ignacio De Alba
Fotos: Cortesía La Voladora Radio
Este artículo se publicó originalmente en Pie de Página, la plataforma de la red mexicana de Periodistas de A Pie.